Planes sin pantallas: la desconexión digital que te conecta de verdad

9 de julio de 2025

Hace unos meses nos llamó Carmen. Faltaban solo tres días para su escapada familiar a nuestras cabañas, y su voz sonaba entre preocupada y resignada: “Acabo de darme cuenta de que la cabaña no tiene televisión… Mis hijos no saben vivir sin Netflix. ¿Estáis seguros de que no se van a aburrir?”.

Tranquila, Carmen. No sería la primera familia que llega con ese miedo y se va… sin haber encendido una pantalla en toda la semana. Porque cuando desconectas de verdad —sin televisión, sin móvil, sin tablet— empiezas a reconectar con todo lo demás: la naturaleza, el juego libre, la risa compartida, los silencios, el tiempo lento.

De la pantalla al bosque (sin dramas)

A Carmen le dijimos lo que solemos decir con una sonrisa: “Ya verás cómo se olvidan de la tele al segundo día. O antes”. Y así fue. Sus hijos llegaron con cara de escepticismo, pero bastó una primera tarde explorando el entorno, jugando con palos y piedras como si acabaran de descubrir un nuevo planeta, para que el hechizo empezara.

Porque cuando les das a los peques planes de los que no se pueden descargar, cosas que requieren moverse, mojarse, reírse y mancharse… no echan de menos nada.

Planes reales, sin filtros ni enchufes

Durante esa semana, Carmen y su familia vivieron una experiencia que ahora recordamos con mucho cariño, porque fue una de esas estancias transformadoras. Para ellos, y también para nosotros. Aquí te dejamos algunas de las actividades que más disfrutaron, y que puedes hacer tú también si vienes a desconectar a nuestras cabañas:

1. Bañarse en pozas naturales

Lo que más les flipó, en palabras de Carmen. El agua transparente, el color esmeralda, las piedras redondeadas por el río, las cascadas que parecen de cuento… y hasta las ranas croando de fondo. Un baño sin cloro, sin socorrista, sin flotadores de unicornio. Solo ellos, el río y la aventura.

2. Hacer una búsqueda del tesoro

Con un mapa casero, unos cuantos enigmas y mucho entusiasmo. Buscar hojas especiales, contar vacas, encontrar una piedra en forma de corazón o seguir huellas en el barro. Una excusa perfecta para recorrer senderos y descubrir el bosque con otros ojos.

3. Cenas al aire libre (con linternas)

Sin tablets en la mesa. Sin notificaciones. Solo una barbacoa encendida, risas bajo las estrellas y linternas para explorar después del postre. En las cabañas, el anochecer es un momento mágico que invita a las confidencias, a los cuentos compartidos y al placer de no mirar ninguna pantalla.

4. Juegos de toda la vida

Desde el escondite hasta el veo-veo. Desde construir cabañas con ramas hasta inventar una obra de teatro improvisada en mitad del prado. Nada nuevo, pero todo distinto cuando se hace sin prisa, sin ruidos de ciudad y con la libertad de sentirse parte del paisaje.

Desconectar para reconectar

Carmen nos escribió al volver a casa. Nos dijo que sus hijos no solo no echaron de menos la tele, sino que habían vuelto más tranquilos, más creativos y más unidos. Que habían recuperado cosas que creía perdidas, como la paciencia o la capacidad de aburrirse sin frustrarse.

Y eso, para nosotros, es el mejor regalo que puede darte una estancia en Cabañas con Encanto: una oportunidad para vivir en presente, con los pies descalzos, las manos sucias de barro y el corazón lleno de experiencias reales. Porque a veces, para volver a encontrarnos, solo hace falta apagarlo todo y mirar alrededor. Reserva ya tu cabaña y descúbrelo.

Vive una experiencia única en el Valle del Miera