Si estás planeando una escapada rural a Cantabria, este es uno de los mejores momentos del año. Tras el duro invierno montañés, lleno de frío y nieve, con la llegada de la primavera vuelve el verde a nuestros paisajes. Porque, ¿qué hay más atrayente, sobre todo para los urbanitas, que unos prados verdísimos y unos bosques tan frondosos que parecen de cuento?

Si te interesan las especies vegetales que resurgen en estas fechas, los valles pasiegos son el escenario perfecto para observar una flora de lo más rica.

El mejor escenario: los valles pasiegos

Las cuencas de los ríos Miera, Pas y Pisueña conforman paisajes que todos tenemos en mente cuando pensamos en hacer un viaje a Cantabria: verdes pastizales tras las lomas de las montañas y  valles intrincados. De hecho, estos tres valles son contiguos y, a pesar de ello, hasta hace bien poco estaban incomunicados entre sí por carretera.

Los pastores pasiegos, eso sí, se han movido a lo largo de los siglos entre las montañas con su ganado. Durante el invierno viven en los valles, y en esta época en la que empieza a mejorar el tiempo se van trasladando de cabaña en cabaña montaña arriba. Así las vacas pastan en los prados. Bajan poco a poco a medida que llega el otoño, hasta acabar de nuevo en el valle para pasar el invierno. Esta costumbre se denomina «la muda», una suerte de trashumancia que ha marcado la Pasieguería, sus gentes y sus paisajes.

¿Qué plantas y especies vegetales se pueden ver en los valles pasiegos?

Las diferencias de altura y de orientación y lo complejo de la orografía, así como las distintas composiciones geológicas, convierten los valles en un variado mosaico de especies vegetales. En tu escapada rural a Cabañas con Encanto de estos próximos meses, disfrutarás de una vegetación variada y llena de potencia primaveral. Pero no pierdas de vista que el paisaje pasiego ha sido modelado, también, por la acción humana. Sin embargo, es tal la particularidad de la comarca, que buena parte de ella está integrada en la Red Natura 2000.

El robledal en el que predomina el Quercus robur (cajiga) y el bosque mixto de frondosas es lo más habitual en los valles pasiegos. Es más, algunos individuos alcanzan hasta los 25 metros. ¿Te imaginas darte un baño de bosque en Cantabria rodeado de árboles de semejante altura? Los fresnos, castaños, olmos, arces, alisos y tilos acompañan al roble, sumándose también el abedul, el serbal y el mostajo en las zonas más montañosas. También es típico el hayedo, junto a brezos y tojos en las zonas más bajas. Asimismo, encontrarás prados y pastizales en las vegas y laderas suaves, y preciosos bosques mixtos de ribera en los que dar un buen paseo.

¡Flores y más flores!

En el conocido como sotobosque encontrarás especies como el sauce ceniciento, el peral y el manzano silvestres, el avellano, el espino o el acebo. En los alrededores de las grandes masas de robles, el helecho común, el tojo y el brezo lo cubren todo. Además hay plantas como el androsemo, curalotodo o hipérico (Hypericum androsaemum), la brecina, pulmonaria, amapola silvestre o anémona de bosque, acedera, astrancia, heléboros… también, la violeta, la madreselva o el diente de perro ponen color a los valles. Lo mismo consiguen las flores del cardo azulado o del cardo borriquero, el satirion real, o la carrasquilla azul, que salpicarán de primavera tus pasos.

Entre otras especies que verás en los prados encontrarás el trébol, el llantén, la silene rosada, la salicaria, la aguileña, la betónica, la linaria, la vulneraria, la festuca…

Solo necesitas un poco de interés y ganas de observar, porque hay muchas apps móviles para ayudarte a identificar la flora pasiega. Pero, antes, reserva tu cabaña de madera en los valles pasiegos.

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