Nuestras Cabañas con Encanto están situadas en un entorno de gran valor natural, con una flora y una fauna muy ricas. Si eliges hospedarte en estas cabañas de madera en Cantabria en tu escapada, encontrarás paisajes llenos de biodiversidad. Te aseguramos que son el mejor escenario para desconectar los sentidos de la vida de la ciudad. ¡Volverás a la rutina con otro ánimo!
Las distintas alturas y orientaciones, la orografía complicada y unas condiciones de humedad y temperaturas variadas generan mucha riqueza de especies vegetales. Pero no hay que perder de vista la mano humana. Después de cinco siglos de trabajo agrario y ganadero, el aspecto de los paisajes pasiegos ha ido cambiando. El ser humano ha modelado el entorno, que seguro que sería muy diferente sin su presencia todos estos años.
El origen de los valles pasiegos es glaciar, de hace entre 18 mil y 12 mil años. La montaña y sus pendientes, las torrenteras y los ríos conforman unos ambientes únicos. Te contamos a continuación más sobre la flora la zona.
Las especies vegetales más comunes en los valles pasiegos
En tus paseos y rutas lo que más verás son brezales y herbazales de distintos tipos. El brezo de turbera, la hierba algodonera, la festuca y la hierba de San Ladislao o genciana ayudan a evitar la erosión que podrían provocar las fuertes lluvias y las nevadas. También sirven de alimento a la fauna silvestre, como el rebeco, que suele habitar terrenos muy accidentados como los de los valles. Además, verás la planta del arándano y el enebro rastrero.
Pero la vegetación más característica de los valles pasiegos y de la que más puedes disfrutar con, por ejemplo, un baño de bosque, es el bosque mixto de frondosas. Lo componen, sobre todo, robles y hayas, que se encuentran en laderas y pendientes suaves. Hay distintos tipos de roble además del común, como son el albar y el rebollo, que forman bosquecillos muy fragmentados. Es el caso del robledal de Rubionzo en el valle del Pisueña o el de Todos en Selaya. Si quieres conocer los hayedos, encontrarás el de Aloños en Villacarriedo y el de Rasillo en Villafufre. También te recomendamos uno al que puedes llegar caminando desde tu cabaña, el hayedo de Zamina, con ruta incluida.
También hay sauce ceniciento, peral y manzano silvestre, abedul, tejo, olmo, además de fresnos, tilos, castaños y avellanos. En las riberas de los ríos te sorprenderán los bosques riparios o bosques en galería, que crean un efecto mágico. Están compuestos por castaños, olmos, chopos, abedules, tilos y arbustos como espino, saúco y cornejo.
El sotobosque, la vegetación que crece bajo los árboles, es denso. Lo forman arbustos como la madreselva, la zarzamora, el helecho, el espino y el tojo. Aunque, en gran medida, la actividad agrícola y ganadera han sustituido estas especies por praderas y brezales.
Un particular modelo territorial: la pasieguería
Se puede considerar los prados como parte del ecosistema de los valles pasiegos, aunque sean fruto de la acción humana. En cada cabaña hay uno, amplio, muy verde y cercado por muretes de piedra. En él verás diente de león, pie de gallo, trébol rojo, cañuela, llantén y berro, entre otras especies.
Hay que tener en cuenta que en esta zona la naturaleza y las formas de vida tradicionales van de la mano. Por eso el bosque autóctono tiene una extensión reducida, si la comparamos con la de los prados. Pero hay que reconocer su valor, porque son fruto de procesos culturales e históricos únicos. El pastoreo también ha transformado los bosques en brezales o las conocidas como landas atlánticas, que son pastizales con gramíneas y algunos matorrales. No olvides que los primeros habitantes de las Cabañas con Encanto fueron familias de pastores.
Para entender la transformación del paisaje hay que tener en cuenta que los primeros documentos sobre habitantes de los montes del Pas son ya del siglo XI. Pero la pasieguería se desarrolló a partir del siglo XVI. Es entonces cuando la legislación permitió cerramientos individuales en los espacios comunales desde el valle hasta las zonas más altas. Esta peculiar forma de manejar el territorio hace singular al entorno pasiego, porque es algo que no se da en en el resto de Cantabria.
Tanto si la observación de la flora está entre tus aficiones como si solo buscas olvidarte del asfalto por unos días, los valles pasiegos te esperan. Tu Cabaña con Encanto está a muy pocos clics de distancia.
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