El atardecer es uno de los momentos más especiales del día. Cómo se pone el sol en el horizonte es una de esas cosas en las que no reparamos en la ciudad, pero que enseguida valoramos cuando dejamos atrás el ajetreo y los edificios limitando nuestra visión. Por eso las fotos de atardeceres en lugares especiales son siempre de las más buscadas. Ya sea en el mar, en la montaña, en el desierto y hasta en miradores y lugares emblemáticos de algunas ciudades, es una ocasión que no podemos desperdiciar en un viaje a los valles pasiegos. La calma, las vistas, el aire puro, el momento único del sol poniéndose… no hace falta mucho para disfrutar de una escapada rural en un entorno en el que el tiempo transcurre más lento. Anota los mejores lugares para ver el atardecer en tu viaje a los valles pasiegos:
El alto del Caracol
Este paso de montaña entre los valles de Miera y de Pisueña comunica San Roque de Riomiera y Selaya. Desde lo alto se puede disfrutar de unas impresionantes vistas de los montes cántabros. En la subida vamos dejando atrás las tradicionales cabañas de pastores, como las que hemos rehabilitado para que disfrutes de una experiencia pasiega 100%. El verde lo inunda todo, también en los prados en los que pastan con total tranquilidad vacas y caballos.
El mirador de Lunada
A poco más de 800 metros de altitud se encuentra este mirador, un poco antes de llegar al alto del puerto de Lunada. Además del valle, en los días más despejados se puede alcanzar a ver la bahía de Santander y los Picos de Europa. Sin duda, un punto especial para disfrutar de un atardecer en plena naturaleza. Pero, si lo tuyo es subir a altos y sacar los prismáticos, hay más miradores en los valles pasiegos que puedes visitar en tu estancia en nuestras cabañas.
Acantilados de Langre
Si eres de las personas que no se pueden resistir a una puesta de sol en la costa, tienes que acercarte a los acantilados de Langre. A algo menos de una hora de Cabañas con Encanto se puede pasar un día de playa en Langre y terminarlo con un tranquilo atardecer. Es una de las ventajas de Cantabria; en tu escapada no tendrás que elegir entre playa o montaña, porque lo tenemos todo muy cerca.
Monumento a la vaca pasiega
En el alto de Los Machucos se encuentra este monumento en honor de la responsable de algunas de las delicias de la cocina tradicional pasiega, como son los sobaos o la quesada. Para llegar hay que ascender por una clásica carretera de montaña, estrecha y con mucha pendiente. Una vez alcanzado el alto podemos disfrutar de unas espectaculares vistas a la bahía de Santander.
Acabar el día simplemente observando qué hay a nuestro alrededor, sin más prisa que ver cómo se va ocultando el sol es sin duda uno de los placeres de estar de vacaciones. Reserva ya tu cabaña y disfruta de todo lo que los valles pasiegos tienen para ofrecerte.