La Semana Santa es uno de los momentos del año más esperados. En pocas ocasiones podemos disfrutar de más de cuatro días de vacaciones y permitirnos una buena escapada. ¿Ya tienes planes para la de este año? ¿Y si pruebas algo diferente, como una Semana Santa en una cabaña de madera, en unos valles verdes y tranquilos como son los pasiegos? Aún falta para el verano, o sea que más vale desconectar para llevar lo mejor posible estos meses de cuenta atrás.

Una Semana Santa en los valles pasiegos cómo tú elijas

Una escapada rural en Cantabria siempre es un planazo. Los paisajes son espectaculares y, la gastronomía, una auténtica delicia. Además, si visitas los valles pasiegos en Semana Santa ya no te encontrarás con las frías temperaturas invernales. La primavera es un momento perfecto para visitarnos, con el campo lleno de color y muchas especies animales comenzando su actividad de nuevo.

Una semana, o casi, da para mucho. ¿Qué puedes hacer si te hospedas en Cabañas con Encanto? Montones de cosas, apunta:

  • Levantarte a la hora que quieras y empezar el día sin prisas.
  • Desayunar café con los sobaos o quesada que compres en alguna de las empresas locales.
  • Pasear por prados verdes, muy verdes.
  • Encontrar una ruta de senderismo que se adapte a tu nivel.
  • Observar la flora y la fauna silvestres en tus caminatas.
  • Practicar vía ferrata para acercarte a la montaña de otra manera.
  • Seguir el curso de algunos de los ríos o arroyos de la zona sin más intención que dejarte llevar.
  • Probar los platos de cuchara típicamente pasiegos, las carnes y los postres de alguno de los restaurantes de la zona.
  • Asombrarte con las cuevas que encontrarás en la comarca.
  • Acercarte a Santander a conocer la capital y ver el mar.
  • Disfrutar del paisaje por los ventanales de tu cabaña.
  • Darte un buen baño de bosque en algunos de los hayedos o robledales cercanos.
  • Acurrucarte al anochecer en el sofá y encender la chimenea.
  • Conseguir los mejores ingredientes de la zona para cocinar con tranquilidad.
  • Saborear un buen vino cántabro en la terraza de tu cabaña después de una ruta enológica.
  • Identificar las principales constelaciones en un cielo despejado libre de contaminación.
  • Oír el silencio tan especial de los valles pasiegos.
  • Aburrirte un poco, algo muy necesario para que nuestro cerebro se oxigene.
  • Contagiarte de la paz del entorno.
  • Disfrutar cada momento sin pensar en la vuelta a la rutina.

Un paréntesis de vida lenta para olvidarte de todo

Seguro que cuando te instales en tu cabaña se te ocurren muchas más cosas o, simplemente, van surgiendo. Te animamos a que planifiques, sí, pero con flexibilidad. Una escapada rural es una forma de salir de lo de siempre, conocer cosas nuevas y también de relacionarnos de otra manera con el tiempo. En los valles pasiegos la vida transcurre lenta, y eso es algo que seguro que agradeces. ¿Te animas a visitarnos en Semana Santa?

Comments are closed.